En la búsqueda de un mejor El Salvador…
Dentro
de la historia de El Salvador se encuentran sucesos importantes que han
marcado la vida de muchas personas y que
han servido para construir la realidad que hoy conocemos.
Entre
esos sucesos destacan las continuas
dictaduras militares existentes, la
insurrección de 1932, la huelga general de brazos caídos, la guerra contra
Honduras y la guerra interna del país que dio inicio en 1981 en la cual se
enfrentaron la guerrilla y el ejército.
Este
conflicto bélico sufrido en el país desde los años 80 solamente mostro décadas
y décadas de represión contra las masas populares, que después de tanto tiempo
decidieron intentar una revolución político- militar y buscaron poner fin a la
dirección del país por las dictaduras militares que servían fielmente a los
intereses de la oligarquía y la concentración del poder en pocas manos.
Esta guerra que costó la vida a muchísimas personas, personas que
entregaron su vida en la búsqueda de un mejor país independientemente del bando en el cual
lucharon, estas personas, muchas conocidas, muchas anónimas, soňaban un mejor
país, uno en el cual existiera la libertad, el respeto, un país libre de
violencia, de represiones, un país que avanzara hacia el desarrollo, donde
existiera la democracia y la voz de las mayorías se escuchara.
El Salvador con el que todas estas personas
soñaron, ¿será posible algún día?
¡Nuestra realidad es violencia!
Día a
día mueren en El Salvador muchas personas víctimas de la violencia, de las
pandillas, de las extorsiones, del secuestro; mujeres, niños, jóvenes,
ancianos, la violencia nos afecta por igual a todos y todos nos volvemos
víctimas potenciales de ella.
Nuestro
presente no es un El Salvador en guerra interna como la sucedida en la década
de los años 80, sino un país que lucha por salir adelante, por vencer la
corrupción, la violencia, un país en el que vivir un día mas es un logro, donde
estudiar es una oportunidad que no todos aprovechan y que es tan valiosa porque de ella depende un
verdadero cambio; un país que realmente
debe buscar avanzar hacia el logro de una vida digna para todos sus habitantes,
donde se pueda tener la confianza de salir a la calle sin el temor de no
regresar, donde se generen oportunidades de empleo para sus habitantes, donde
se garanticen la salud y la educación como bienes comunes y no como mercancías.
Las preguntas que cada uno de nosotros
independientemente de nuestra edad, creencias, nivel económico o estudios
debemos hacernos es ¿que estoy aportando a mi país? ¿Que estoy haciendo por salvar esta
sociedad en decadencia? ¿Como estoy
construyendo mi presente y el futuro que
quiero para mi familia, para mí y para mis descendientes?
Escrito por. Sandra Romero
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